
Por fin el Tribunal Supremo ha dictado sentencia sobre Educación para la Ciudadanía. Confesémoslo, la primera pregunta que nos hemos hecho es ¿y eso qué es? Después le hemos preguntado a nuestro hijo o al hijo del vecino.
-Carlos, (Carlos es el niño que has visto crecer dos portales más a la derecha, en verano sus padres lo mandaban a Irlanda hasta un año, aquel en que el piloto no aterrizó en San Javier, sino que lo hizo en Valencia y bajó del avión a toda la clase, pero él no tuvo nada que ver, además, es educado y correcto) ¿tú das Educación para la Ciudadanía?
-¿Eeeh?
-Que si das Educación para la Ciudadanía.
-Pueeeees. Siii....ah! sí!
- Y qué tal, ¿es difícil?
- No! Que va! sólo nos mandan trabajos.
- Hombre, que bien! Ojalá hubiera tenido yo esa suerte... ¿y de qué son los trabajos? (mira al infinito con cara de consternación).
- Mmmmmm, deeeeeee, bueno, mañana voy a entregar uno de una oveja.
-¿Cómo de una oveja? ¿Pero qué dais en esa asignatura?
- No sé. Este diciembre nos mandaron un trabajo sobre un hombre que tenía alzeimer y que había sido presidente del gobierno. Y para mañana nos han mandado uno de la clonación.
- Ah! Y qué tal? ¿Has encontrado la información?
-Sí, claro. No tengo más que pinchar en Wikipedia e imprimir. Luego lo copio a mano y mi hermano me hace la opinión personal. Me va muy bien.
-Hombre! Sois unos monstruos ¿eeh? (me quedo pensativo, sobre todo porque en mi época sólo estaba la estantería de la Espasa, y había que buscar, y buscar, y buscar...).
Me cuentan los profesores de Educación para la Ciudadanía (uno es lcdo en Filosofía y otro en Historia) que les hace gracia el debate que se montó sobre la asignatura. Les hace, les hará y les hacía, por muchos motivos. Intentaré exponerlos como furrier mensajero.
En primer lugar, porque, a pesar de lo que crean muchos padres, consejeros, educadores (¿quiénes son estos?), y, por último, y por ello menos importante, políticos. A pesar de lo que se piense, el debate orquestado resulta bastante futil para los que se dedican a dar clase en Secundaria. Ello porque, si de politización hablamos, los libros de Geo-Hist (hoy Ciencias Sociales) y de Ética (obligatoria en 4ºESO) están, han estado y estarán más politizados de lo que puedan llegar a estarlo los de Ciudadanía (el nombre completo es Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos).
Para colmo, circula una editorial, denostada en un artículo de
El País, donde se define la familia, expresamente, como la unión de una pareja heterosexual. La verdad es que, personalmente, y viendo el panorama, me parece que el concepto (los modelos) de familia está variando a una velocidad de vértigo. Tan rápido, que ni siquiera el periódico de la mañana es capaz de aprehenderlo. Aunque me da la sensación de que esto les da bastante igual a quienes tienen que legislar o redactar definiciones. No hay más que ver lo que se ha tardado en España en legislar sobre las parejas de hecho.
Continuando con el tono ciertamente impertinente. ¿Están (estamos) los padres realmente dispuestos a suplir los contenidos que desarrollan los libros de dicha asignatura? Como por ejemplo, el Estado de bienestar, la persona, la integridad de la persona, los Derechos Humanos, la Bioética, etc, etc, etc.
Preguntados los doncentes (por fin llegamos al
quid) me explican que el problema es otro. El problema es explicarle a buenos (sí, sí, dicen, a los buenos) alumnos de quince años, acostumbrados a chatear utilizando abreviaturas, la "k"... es decir, perpetrando el lenguaje y maltratando el diccionario de la RAE. Esos alumnos que ni conocen, ni parece importarles, en qué consisten los Derechos Humanos, la seguridad jurídica, el principio de legalidad o las tres generaciones de derechos...Explicarles, dicen los docentes, todo eso requiere un año entero de diccionario y varias horas de hacerles comprender qué significado tienen esos conceptos.
Por poner un ejemplo, es difícil explicar en una hora en qué consiste el Estado, cuál es su origen y cómo se articula hoy en día. Después, tienes que explicar que Estado y Derecho son los garantes de nuestros deberes y derechos como ciudadanos...y así...una hora a la semana. Me dicen, que no saben qué es peor. Las arremetidas de los padres ultracatólicos o las arremetidas de los ultrahippies. O peor aún, los consejos de la administración educativa de turno.
En fin, ciudadanos, que al final, todo fue una pelea de dos modelos bastante dogmáticos.
Y es que, por mucho que se diga por decreto que los homosexuales no puedan formar (o sí puedan) una familia, al final hablan las personas. Por encima de la religión (gracias a Dios) y por encima del Estado. Por que, aquellos que postulan por el gobierno del pueblo, y la voluntad popular ¿qué responderían ante el hecho de que Sócrates fue ejecutado por el bien del pueblo? Y aquellos que abominan de la homosexualidad, ¿qué dirían del que fue padre fundador de la filosofía occidental? ¿Y qué diría Tintín? Probablemente, que le dejáramos en paz, porque homo o hetero, es persona, joven periodista...y héroe del cómic!