lunes, 29 de noviembre de 2021

Derecho penal retrospectivo

 

Lejos del principio de legalidad e irretroactividad de las normas penales, está el discurso del juicio (penal) histórico.

 El intenso debate que se forma en torno a la figura de Cristóbal Colón conforma una especie de “lugar común” de todos los discursos que en la actualidad vierten una ideología y una serie de juicios de valor que podríamos denominar como un derecho penal retrospectivo, es decir, una clara voluntad punitiva, no ya desde el punto de vista del juicio de valor, sin o el empleo de términos penales que se emplean en la actualidad: crímenes, perfil violento, e incluso genocidio.

En una valoración inicial de estas posturas, además de la clara intención de aplicar al juicio del pasado una ideología del presente, se adivina una intención de conformar un discurso en el presente, de apoyo a ideologías actuales, es decir, la creación de una especie de argumentarlo basado en el juicio histórico.

Ello no obstante, peca de absoluto presentismo, yerra por completo en el análisis de la situación, obedece a la legitimación de una determinada ideología política y, lo que es más grave, banaliza y resta solidez a la argumentación que se pudiere elaborar sobre genocidios del presente. No sólo a la argumentación (por otro lado), sino a la propia apreciación que de determinados crímenes contra la Humanidad se puedan estar cometiendo. De este modo, si se generaliza la expresión Crímenes contra la Humanidad, en líneas generales dejaría esta expresión (como tipo penal) de circunscribirse a instancias legales, que son quienes tienen la posición coercitiva e intelectual para juzgar tales situaciones como tales…y por ende (que es en realidad lo que ocurre desde hace años) son otras instancias las que se erigen en jueces y parte en estos juicios históricos.

Tras ello está el discurso elaborado por ciertas ideologías que emplean líderes de la izquierda no sólo iberoamericana, sino española, para justificar así, otro discurso más elaborado de deslegitimación de sus adversarios políticos o de instituciones nacionales (o supranacionales) con las que tienen evidentes intereses (no sólo políticos) totalmente opuestos.

De esta manera, el debate es, simplemente, una contraposición entre el universo ideológico de la izquierda radical hispano-americana, a la que se unen ciertas corrientes estadounidenses. Y por otro lado, dos tendencias, los que se atreven (nos atrevemos) a argumentar contra la elaboración de ese discurso, y que corremos peligro de lo que hoy se conoce como cancelación (que no es sino una nueva Inquisición), o los intereses de estados y oligarquías criminales, que ven en este debate tan diluido, una oportunidad para desviar la atención: si se habla de Colón, no se habla de la crisis estructural de Centroamérica, que no es sino una ristra de estados fallidos incapaces de prestar servicio a una población absolutamente indefensa, como en El Salvador, Haití, Nicaragua…y un largo etcétera.