miércoles, 18 de septiembre de 2013

Aquellos discos de 33 revoluciones...




Muchos hemos vuelto al disco. A sentir las imperfecciones de la aguja sobre esos mágicos círculos negros, que sonaban en el tocadiscos y que guardábamos como tesoros.
 
Este quinteto de Schubert es una de las maravillas de este genio vienés. Atención al segundo movimiento, los que oigáis El mundo de la fonografía, viejos seguidores de Radio-2.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Brahms, Rubinstein, Haitink.



Con los tres nombres que componen el título de esta entrada, no habría que escribir nada más.....................pero, como medio-dueño de este blog, voy a escribir unas letras.......una pequeña lágrima de los replicantes........

El concierto para piano nº1 de Brahms es probablemente, para mí, una de las mejores obras del compositor hamburgués. A mí me gusta más que el nº2 porque no es el "gran concierto para piano", con grandiosos movimientos y pasajes orquestales absolutamente increíbles. Eso es el número dos (para mí). Pero el número uno tiene compases tan sublimes, que parece increíble que tenga el número 15 de opus (claro que esto en Brahms no es nada raro...).

El primer movimiento está articulado, dirían los críticos, a partir de uno pocos temas arquitectónicamente perfectos. Esto, que a primera vista no dice mucho, es para mí sencillamente que Brahms aprovecha su dominio de la orquestación, por ejemplo, para que el piano nos lleve por unos pasajes absolutamente sublimes. No es casualidad que la trompa tenga momentos inolvidables (oíd su cuarteto para trompa), tampoco es casualidad el uso de los vientos....(qué difícil era después de Beethoven...o Schubert), o tampoco es casualidad el ímpetu del piano...no hace falta decir más...porque faltan miles de cosas por decir de este primer movimiento. Comprobadlo...

El segundo movimiento surge de la nada, con una cuerda en "gran" sordina y unas maderas....sin comentarios (Mozart, Beethoven)...pero...ay el final! es el final de una partitura de Bach....una resolución, unos compases finales que semejan las arquitecturas de Juan Sebastián. Pero ¿y la entrada del piano en este segundo movimiento?, unos divagantes e insinuadas cuantos compases que introducen el primer tema (por cierto que el segundo motivo es igualito que uno de los más contundentes temas de Parsifal, esas siete notas entonadas de forma solemne por la cuerda).......

Y llega el tercer movimiento.

lunes, 15 de abril de 2013

Pau Casals



La otra noche pude disfrutar este documental sobre Pau Casals. Mi querido Jesús Jareño me dió a conocer sus suites para celo...y más de diez años después me sigue sorprendiendo y emocionando. Es impresionante el hecho de que estuvieran ocultas en el tiempo hasta que este músico las redescubriera, las rescatara de olvido.

Pero lo que más me ha llamado la atención de los testimonios de Casals en este documental es la claridad del juicio y el compromiso inmediato de sus ideas. Ya a la altura de 1933, se había situado con claridad frente a las dictaduras soviética y nazi. Ya después del mes de julio de 1936 habló con claridad sobre el sentido de la Novena de Beethoven.

Si leemos los tibios testimonios de políticos de la época de entreguerras, no podemos quedar ajenos al contraste de estas opiniones con la de Casals, lo que resulta enormemente ilustrador.

No dejéis de saborear este testimonio tan elocuente de lo que debe ser la lucha por el árbol que es la Humanidad.

lunes, 11 de marzo de 2013

Pintura holandesa (I)





Para un aprendiz, el cuaderno que editó el Thyssen hace casi diez años sobre maestros holandeses es muy recomendable. He rescatado de un vídeo este fragmento de aquella divina serie Cierta idea de Europa. Aquí tenéis la parte dedicada a la pintura holandesa. El guión es magnífico.  Os aconsejo el capítulo entero.

sábado, 9 de marzo de 2013

Casals y las suites de Bach. Dedicado a Jesús Jareño y a todos los dreyfusistas...



Rescatadas del olvido, las suites para celo de Juan Sebastián Bach han supuesto para muchas generaciones, entre las que está la mía, un redescubrimiento del maestro. Este preludio aparece en anuncios, películas y reportajes. Me sigue sorprendiendo cómo el hombre (y la mujeeeer) del siglo XX queda prendado de un preludio bellísimamente simple, pero que, simplemente (y nada menos), comineza con una sucesión de arpegios en la escala de sol mayor (creía que era en do mayor, Jesús Masero!). Algo parecido al preludio número 1 del Clave bien Temperado. Sin embargo, resulta cautivador. Pero si bello es el preludio, el resto de danzas resulta sublime.
 
No sé cómo es la estética de nuestro tiempo (no sé si me interesaría), es difícil saberlo, porque todo es mercancía (una de las pocas cosas en las que no se equivocó Marx), y por lo tanto, casi todo está condicionado por el márketing o el precio de mercado, incluyendo el arte. Lo que sí sé es que la música de Bach es retomada....una y otra vez. Eso, desde luego, es mucho más de lo que hubieran soñado Aquiles y todos los héroes de la Ilíada.
 
Las suites para celo fueron redescubiertas por el maestro Pau Casals. Las grabó y creó con ello una estética de Bach. No sabemos cómo pensaba el maestro de Köthen al querer que se interpretaran de una manera o de otra. Igual eran sólo ejercicios para practicar con el celo (como las de violín, otra catedral de la belleza). Lo cierto es que Casals les da una impronta tan humana, tan cálida e intensa, que cuesta apreciar otras versiones. Esto se lo debo a otro de mis maestros, Jesús Jareño, que me descubrió, a su vez, a Casals, a la vibrantemente humana interpretación de Casals...entre otras muchas cosas. Una vía de cómo lo humano lleva hasta Dios, a través de las Suites para celo, la Misa en Si menor o la Pasión según san Mateo. Este, por tanto, es un homenaje a ese maestro de Murcia. Profesor de francés....especialista en Charles Péguy y maestro en agitar conciencias con la Verdad. Mi padre lo quería y apreciaba mucho. Yo también. Gracias, Jesús.

viernes, 1 de marzo de 2013

Nostalgia (1)

Mi querido amigo Antonio Pujante atrapó un poema de Borges (si pudiera volver a vivir) como su himno de vida durante unos años en los que recorrió probablemente todo el mundo.
Creo que cuando le toque no sentirá la necesidad de leer el poema, ni siquiera de llevarlo en su cartera y enseñármelo en los brindis de altas horas de la mañana.
 
El poema de Borges es una especie de anhelo invernal sobre lo que nos hubiera gustado hacer y no hicimos a lo largo de nuestra vida. Para que quede claro (y me odien algunos de los que esto lean), me gusta leer a Borges, pero no comparto (de lo poquito que he leído) prácticamente ninguna de sus ideas ni exposiciones. Pero bueno, como yo suelo decir (esto de citarse a uno mismo resulta bastante comprometido, como mínimo...) estas afirmaciones son gruñidos de Alberico desde su cueva, que ni siquiera perturban el sueño del dragón. Basta de pedantería!

El hecho, es que sí que sentimos a lo largo de nuestra vida una especie de necesidad de reparar cosas del pasado, pequeñas venganzas contra el tiempo que nos come y que no nos deja (con nosotros y nuestros fantasmas como cómplices) vivir la vida según nuestros anhelos y, a la vez, corresponder a lo mucho que la vida nos dá cuidando de nuestros seres queridos.
 
 
No se piense que este "tono de condedemontecristo" responde a una vieja pendencia. Nada más lejos de eso. Es algo prosaico, pero sublime a la vez. Veamos.
 
Una de mis venganzas favoritas es recorrer librerías de usado buscando colecciones de libros que tengo incompletas, aunque sean ediciones de hace treinta años. En el caso de los libros de geografía regional, por ejemplo, es un ejercicio de mera literatura, pues lo que se descubre en esas lecturas es que todo  que se dice está ya superado (obviamente). Pero esa especie de tonto engaño de leer libros que anhelamos en nuestra juventud...la verdad, es gratificante. Sobre todo, si nos permitimos un pequeño ejercicio de emocionada nostalgia para rememorar aquellos años de infancia y juventud.
 
 
 
 
Y, sobre todo (una de las cosas más gratificantes), descubres que ahora lees con más madurez, aprendes a leer con paciencia, sin las prisas de tomar notas y memorizar datos para volcarlos en el examen. En definitiva, sigues aprendiendo a leer. Por eso, aunque los datos estén atrasados y muchas de las conclusiones estén superadas (o no...), es enormemente gratificante descubrir aquellas viejas lecturas de estudiante y tenerlas en tu poder. Tocar un libro es, cada vez más, un ejercicio de arqueología, pues las horas que pasamos en el ordenador son esos segundos de menos que dedicamos a leer libros.
 
 
Ahora estamos asombrados ante las nuevas tecnologías...pero la transmisión de ideas sigue necesitando al menos de uno de estos dos soportes: la palabra escrita o la palabra hablada...palabras e ideas...eso sí que es un tesoro minusvalorado.

jueves, 10 de enero de 2013

El Winterreise de Franz Schubert

Son muchos los recuerdos que me vienen a la cabeza con este disco de Schubert. El lied es música que se escucha en esas horas cercanas al crepúsculo, en el silencio de una habitación en la que sólo se oía la caída de la aguja sobre el disco y las notas que salían de los altavoces.
Mi admirado Alex de la Iglesia, decía en una entrevista hará unos meses que los domingos por la tarde vienen los momentos en que nos encontramos solos con nosotros mismos y (no estoy citando textualmente) nos da un cierto pavor. Algo así ocurre cuando escuchamos algunos lieder de Schubert. Esa belleza crepuscular que tanto explotó el Romanticismo ha de ser compensada con un viaje de nuestra mente a aquellas tardes en que veíamos atardecer en el silencio de la montaña. Mi querido padre decía que era cuado los pájaros dejaban de cantar, cuando todo el campo estaba acompañando a un sol que se ocultaba tras las montañas dejando un leve colorido entre rojizo y amarillento, cuando sentías la plenitud. Plenitud frente a melancolía crepuscular. No lo olvidéis cuando escuchéis estos lieder. Siempre sale el sol después de la ventisca y el temporal de nieve.