viernes, 23 de abril de 2010

Historias de libros


Una de las cosas que mi querido padre logró introducir en mi cerebro reptiliano (y que conste que el mérito es suyo) fue el amor a los libros, no ya como transmisores, sino como objetos en sí. Claro que, a renglón seguido, cuando veía que un libro estaba demasiado nuevo me espetaba...qué poco lo hemos leído...

Recuerdo cuando nos compramos una colección de clásicos en edición del Círculo de Amigos de la Historia (esos que son pequeños, en holandesa y en bermellón). Tendría siete u ocho años, y mientras le ayudaba a ponerlos en la estantería aprendía los nombres: Maquiavelo, Dante, Garcilaso el Inca...he intentado que no se rompan las páginas...en fin, supongo que reconforta verlos bien abiertos y sueltas las páginas...que ¡¡adornando la estantería con la que hacen juego!!


Sigo teniendo la costumbre de visitar librerías de antiguo y usado. En Madrid hay algunas excelentes! Hay otra en las Cocheras del Escorial que es enorme y tiene libros en bastante buen estado. En la Corredera de Córdoba hay algunas que no pueden dejar de visitarse. En fin, espero que me perdonen si las que a mí me interesan no las cite...por razones obvias. Les confesaré otra, en Estrasburgo, en frente de la portada norte de la catedral. Allí me compré una edición de las obras completas de Tácito de finales del siglo XVIII, en perfecto estado...adornaban la biblioteca de alguien...


El otro día, en una de las que visito asiduamente, me compré El Jugador, de la Austral (hubo unas ediciones que van pegadas y que están en verdadero estado de descomposición, pero las que van cosidas, se conservan bastante bien). En su primera página viene el sello de su anterior dueño, y debajo, E 5, T 2, nº270. Me dio una especie vuelco el corazón, alpensar que los libros que esta persona había adquiriendo, leyendo y clasificando...habían acabado dispersos por librerías de usado. Pero luego pensé, al menos no han acabado en una hoguera...o decorando las estanterías de adictos a las antigüedades y objetos curiosos, como esos familiares tan amigos de lo ajeno que después de la guerra fueron cogiendo poco a poco los libros de mi padre. Al menos, la Providencia me ha permitido hacer justicia y, con la misma sangre fría, allí donde los he encontrado, los he cogido poniendo cara de Edmundo Dantés....


Pero una de las frases que siempre me persigue es la atribuida a Francis Bacon (creo, o a Montesquieu...o a Unamuno, da lo mismo): muchos libros se leen, algunos se mastican, pocos se asimilan... Es como un dulce y a la vez triste tormento: hay libros que, si se leen una vez, es como si no los hubiéramos leído. Pero, por encima de todo, y más aún hoy que, como diría Sartori, la palabra está desapareciendo, da igual cuántos libros lleguemos a leer, o si no hemos podido llegar a leer todos los de nuestra biblioteca. Lo que más importa, es que nunca desaparezca la capacidad de fascinarnos cuando leamos palabras como estas: Canta, oh diosa, la cólera del Pélida....


Feliz día del libro, felices 365 días del libro!!!

miércoles, 21 de abril de 2010

Nostalgia de la nada


Lo que más me llama la atención del relativismo filosófico que atenaza nuestro final de siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI es la facilidad con que se han hecho un hueco las ideologías...y filosofías totalitarias. Hoy por hoy, hay como una tendencia construída a lo largo de estos años, dirigida a la necesidad del cambio...hacia no se sabe dónde.


Acabamos con Dios (para regocijo de Nietzsche) y Alá apareció en nuestras vidas. Acabamos con las instituciones de la sociedad conservadora y van apareciendo, cada vez más, rasgos de intolerancia hacia cualquiera que se aparte del pensamiento único de lo políticamente correcto.


La nube de cenizas que ha paralizado el cielo de Europa durante estos días, me ha hecho pensar lo insignificantes que seguimos siendo y lo poco que hemos cambiado desde el paradigma ilustrado del progreso. Nostalgia de la nada. A veces uno se torna roussoniano, como en aquel discurso sobre las ciencias donde el ginebrino afirmaba que para lo único que había servido el progreso es para hacer al hombre...más infeliz. Un Jorge de Burgos libertino este Rousseau...pero que el móvil y el ipod no nos dejen caer en la tentación.........

lunes, 19 de abril de 2010

No te has ido, maestro!

(Foto: Julia Jaén)
Ha muerto Manuel Fernández Álvarez. Personalmente, pocos historiadores me han hecho leer la historia con tanta pasión; y es que, además de investigar, hay que saber escribir, hay que saber narrar los hechos. No basta con "quemar" los temas de investigación leyendo y publicando legajos de Simancas. Para enganchar a rapaces como nosotros, que en la biblioteca descubríamos aquellos libros sobre meretrices, brujas...en la Edad Moderna, hay que ser todo un maestro, como lo era don Manuel. Llevaba años y años con el Corpus Documental de Carlos V y llegó la extensa biografía de Felipe II y después la de Carlos V. Dos tesoros que uno lee despacio...pero con fruición.
Fernández Álvarez contagiaba la pasión por la historia cuando se le oía hablar. Recuerdo aquellos debates que organizaba José Luis Balbín a propósito del centenario de la muerte de Felipe II. Recuerdo especialmente el que aparecía Manuel Fernández Álvarez junto a otros tres gigantes de ese oficio que es escribir la Historia. Y es que es difícil encontrar profesores que te hagan vivir con pasión lo que estudias. Que te transmitan el entusiasmo de leer y estudiar Historia. No quiero desmerecer los méritos de quien llega a dar clase en la Universidad (la sigo poniendo con mayúscula porque, aunque para muchos sea un vehículo de promoción social, como la han calificado, para mí sigue siendo -ha de serlo!!- la referencia intelectual última). No quiero desmerecer, como digo, al profesorado de historia, en general, pero es que, al menos yo, he encontrado pocos que hayan transmitido ganas y empuje.


En fin, sea esto un breve, emocionado (y por ello algo caótico) y sincero recuerdo de ese gran historiador que fue Manuel Fernández Álvarez. Gran escritor, gran historiador. Como siempre, el mejor homenaje que todo intelectual merece: que no se deje de leer su obra!




miércoles, 7 de abril de 2010

Resurrección...endoculturación...abismo generacional


Mahler, sinfonía nº2. Resurrección.

Conservo, como un tesoro, una biografía del Greco que le regalaron a mi querido padre hace ya treinta años. Los compañeros de trabajo que se despedían le regalaron una de las más controvertidas biografías de Gregorio Marañón (a mí me encanta la de Tiberio). Estos libros son para mí un tesoro por muchos motivos, pero es que las dedicatorias no tienen desperdicio: como prueba de afecto y recuerdo de tus compañeros de siempre. Era un simple regalo a un director escolar por parte de algunos compañeros que iban a otros destinos.

No cuento esto para vanagloria de nada ni de nadie, lo pongo como ejemplo de algo que ha ido perdiéndose (algún día transcribiré el artículo de Julián Marías, Qué se ha perdido). Me explico. Repasando la Antropología cultural de Marvin Harris, encuentro aquel concepto de endoculturación (síiii, síiii, superaaaado) como la transmisión de las pautas culturales (algún historiador de la familia diría, de reproducción social). Aparecía además, una cita Margaret Mead (antropóloga de última mitad siglo XX) que hablaba por los años setenta del abismo generacional de una manera, imagino, alarmante para aquella época, bastante asumible para los tiempos que corren. Decía:
En el pasado siempre había ancianos que sabían más que cualquier niño en razón de su experiencia de manduración en el seno de un sistema cultural. Hoy en día no los hay. No se trata sólo de que los padres ya no sean guías, sino de que ya no existen guías, los busquemos en nuestro propio país o en el extranjero. No hay ancianos que señan lo que saben las personas criadas en los últimos veinte años sobre el mundo en el que nacieron (Margaregt Mead, Cultura y compromiso).

Bueno, más o menos, es lo que tenemos hoy en día. Más aún en una sociedad de nuevos ricos como la nuestra. En una sociedad donde el ocio no es familiar. Los niños suspiran por una videoconsola, por el chat o los ipod. A los ancianos se les asegura una vida cada vez más larga y se les garantiza una muerte digna cuando esa vida larga resulta ser una estafa...y sobre todo, no tienen mucho que aportar porque las nuevas generaciones nos creemos los reyes del mambo. Es como si el abismo generacional, el conflicto generacional que siempre ha existido, se haya institucionalizado a todos los niveles, y haya una especie de mezcla de factores en los que, independientemente del modelo de familia, el papel y las funciones de los padres han ido sustituyéndose por uno no sabe qué. Todo se legisla porque no hay un norte al que mirar a la hora de hacer las cosas. Los padres se convierten en presuntos maltratadores de sus hijos porque el legislador confunde el cachete con la paliza. Los profesores no transmiten ya ningún saber porque en realidad, son los educadores. De este modo, la escuela (el lugar de donde todos estábamos deseando salir cuando tocaba el timbre) es ahora el punto de socialización, el punto donde se han de localizar muchos transtornos...y en útimo lugar, donde se transmiten saberes, que, por cierto, son una parte de las enseñanzas...pues la último con lo que nos han obsequiado la UNESCO, la OCDE etc, es con lo de las competencias (busquen el concepto y alucinen).

No es esto una defensa de ninguna sociedad tradicional ni nada por el estilo. Es una defensa del sentido común que dirige desde siempre los actos de las personas normales. Resurrección....más que endoculturación!!

viernes, 2 de abril de 2010

Via Crucis



Giandoménico Tiépolo pintó este Via Crucis que se encuentra en una iglesia veneciana. Cierto es que el siglo XVIII no representa una de las cimas de la pintura, pero esta serie tiene detalles bastante signiticativos.
Para el cristianismo es hoy un día de dolor. Invita a la reflexión. Ese es el sentido de la religión, invitar al hombre a comunicarse con su espíritu...no obligarlo. Anteayer hubo una serie de incidentes en la catedral (subrayo esto último) de Córdoba. Es muy triste (siempre lo será) que la religión sea un vehículo de desunión entre los hombres. Máxime cuando, para los cristianos, el sacrificio no sólo es la renuncia para la eliminación del sufrimiento...sino que es un acto de amor. En fin, nunca mejor dicho, Dios dirá...

I Estación. Condenan a muerte a Jesús.


II Estación. Jesús carga con la cruz.


III Estación. Cae Jesús por primera vez.


IV Estación. Jesús encuentra a María.


V Estación. El Cireneo.

VI. Encuentro con la Verónica.

VII Estación. Cae Jesús por segunda vez.



VIII Estación. Jesús consuela a las hijas de Jerusalén



IX Estación. Jesús cae por tercera vez.



X Estación. Despojan a Jesús de sus vestiduras.


XI Estación. Jesús es clavado en la cruz.


XII Estación. Muerte de Jesús en la cruz.


XIII Estación. Desclavan a Jesús y lo entregan a su Madre.


XIV Estación. Dan sepultura al cuerpo de Jesús.


jueves, 1 de abril de 2010

Jueves Santo


Hoy es cuando, durante los oficios, tenía lugar el lavatorio de los pies. Hay un cuadro del Tintoretto en el Prado absolutamente genial, como muchísimos del manierismo (algunos discuten aún su existencia) veneciano. Tintoretto es un maestro en crear atmósferas engañosas. Como aquí, donde la escena central tiene lugar en el extremos derecho del cuadro, quedando el resto del lienzo casi vacío; sólo la estancia donde el resto de apóstoles se dispone de una manera más o menos arbitraria.
Para ver otras maravillas del Tintoretto podemos ir Venecia y contemplar la impresionante serie de los milagros de san Marcos...o al Kunsthistorisches de Viena: Susana y los Viejos. Y un largo etcétera...aunque todos recordarán la exposición que hubo en el Prado hace unos años. Tengo a mi lado el catálogo. Y es curioso, porque en el comentario a una Natividad, aparece una ilustración del grabado homónimo de Durero. De él es el grabado que ayer citaba y que hoy traigo a mi entrada.

Este grabado nos da entrada al último número de la primera parte de la Pasión según san Mateo, cuando, tras el Prendimiento, el recitador casi grita con vehemencia: Entonces se acercaron, echaron mano de Jesús y le prendieron, Mt 26, 50 (Da traten sie hinzu und legten die Hände an Jesum und griffen ihn). Comienza entonces el dúo soprano-contralto iniciado por cortas notas de la cuerda respondidas por las maderas (So ist mein Jesus nun gefangen), respondido por el coro (Lasst ihn, haltet, binden nicht).
Bueno, creo que este grabado expresa bastante bien la atmósfera. Me gusta bastante más que otra (también de Durero) de temática similar (Cristo camino del Calvario) que hay en el maravilloso Thyssen y que mantiene esquemas retratísticos anteriores a los viajes a Italia. Volviendo al grabado, lo abigarrado de la escena le imprime aún más violencia. Si leyéramos alguna guía, supongo que nos diría que recuerda al cuadro de las lanzas por todo lo que se ve tras la escena principal, y todo eso. A mí me impresionó cuando la ví en la portada del disco de La Pasión según san Mateo y, como Durero es uno de mis favoritos, me la he traído al post.
En primer plano aparece también la figura de san Pedro y la famosa escena "quien a hierro muere a hierro mata". No puedo terminar sin recordar mi escultor favorito en este género (la Semana Santa), el italo-murciano Francisco Salzillo, pues en la misma escena, el brazo de san Pedro es, sencillamente, antológico. Cómo recuerdo aquellas mañanas de Viernes santo en que veía salir con mi padre la procesión desde la iglesia de Jesús en Murcia. Cuando salía el paso del prendimiento, mi padre siempre me lo recordaba: fíjate en el brazo de san Pedro.