lunes, 19 de abril de 2010

No te has ido, maestro!

(Foto: Julia Jaén)
Ha muerto Manuel Fernández Álvarez. Personalmente, pocos historiadores me han hecho leer la historia con tanta pasión; y es que, además de investigar, hay que saber escribir, hay que saber narrar los hechos. No basta con "quemar" los temas de investigación leyendo y publicando legajos de Simancas. Para enganchar a rapaces como nosotros, que en la biblioteca descubríamos aquellos libros sobre meretrices, brujas...en la Edad Moderna, hay que ser todo un maestro, como lo era don Manuel. Llevaba años y años con el Corpus Documental de Carlos V y llegó la extensa biografía de Felipe II y después la de Carlos V. Dos tesoros que uno lee despacio...pero con fruición.
Fernández Álvarez contagiaba la pasión por la historia cuando se le oía hablar. Recuerdo aquellos debates que organizaba José Luis Balbín a propósito del centenario de la muerte de Felipe II. Recuerdo especialmente el que aparecía Manuel Fernández Álvarez junto a otros tres gigantes de ese oficio que es escribir la Historia. Y es que es difícil encontrar profesores que te hagan vivir con pasión lo que estudias. Que te transmitan el entusiasmo de leer y estudiar Historia. No quiero desmerecer los méritos de quien llega a dar clase en la Universidad (la sigo poniendo con mayúscula porque, aunque para muchos sea un vehículo de promoción social, como la han calificado, para mí sigue siendo -ha de serlo!!- la referencia intelectual última). No quiero desmerecer, como digo, al profesorado de historia, en general, pero es que, al menos yo, he encontrado pocos que hayan transmitido ganas y empuje.


En fin, sea esto un breve, emocionado (y por ello algo caótico) y sincero recuerdo de ese gran historiador que fue Manuel Fernández Álvarez. Gran escritor, gran historiador. Como siempre, el mejor homenaje que todo intelectual merece: que no se deje de leer su obra!




3 comentarios:

García Francés dijo...

¡Qué gran entrada, D.Fidelio! Un merecídísimo homenaje al historiador y al maestro.

Sus libros estuvieron en mi mesilla de noche mientras escribí mi trilogía histórica de la América del XVI y seguirán siempre en mi biblioteca.

Un abrazo, amigo mío.

Da igual que las normas del Instituto prohíban el velo islámico. Saben que presionando siempre habrá un ministro capón que se rinda en nombre del gobierno. Después, si consiguieran el pañuelo, pedirían un burka. Para seguir jodiendo.

Hiyab, Gabilondo cede, el Instituto no

Fidelio en el bosque animado dijo...

Buenas tardes, don Alfredo! No crea que no tengo presentes sus libros sobre la América del XVI...pero confieso que soy un lector muy indisciplinado. Les tengo "echado el ojo". Voy a pasarme por su casa. UN abrazo!

Fidelio en el bosque animado dijo...

Buenas tardes, don Alfredo! No crea que no tengo presentes sus libros sobre la América del XVI...pero confieso que soy un lector muy indisciplinado. Les tengo "echado el ojo". Voy a pasarme por su casa. UN abrazo!