jueves, 12 de noviembre de 2009

Ni Aristóteles ni John Rawls eran, probablemente, de Nueva Jersey



Creo que cuando le recriminaban a Robert Duvall en Apocalypse Now que eligiera esa playa para hacer surf contestaba: vd qué sabe ..., ha nacido en la maldita Nueva Jersey!


Normalmente espero a respirar o a contar unos miles de veces antes de escribir mi opinión sobre algún suceso que me sulfura especialmente. Este es uno de ellos: Mª José Carrascosa, culpable!


Bueno, señores, esto no es un chiste, pero ya no voy a ver las películas de Frank Kapra con los mismos ojos. No. No es un chiste. Desde pequeños, muchos hemos llorado con Caballero sin espada...y un largo etcétera. Ahora, la espada y la venda de la Justicia andan por la cloacas del Hudson River!


¿Es esta señora una secuestradora? ¿Es esta señora una demente? ¿Es esta señora una terrorista?


Otra de las cosas que aprendí cuando estudié es aquel adagio: Dura Lex, sed Lex. Bueno, volviendo al cine, Doce hombres sin piedad nos presenta precisamente otra cosa. El hombre, frente a la masa (esto es de un artículo del actual Premio Café Gijón).


Para terminar esta serie de reflexiones cuasi inconexas, me gustaría preguntarle al Estado de Nueva Jersey (uno de los estados que compone un país al que sigo admirando...a pesar de todo), ¿siguen sus jueces considerando evidentes las verdades que escribieron Franklin, Jefferson y Adams? O, en definitiva, resumendolo en una pregunta: WHY?

domingo, 8 de noviembre de 2009

Al otro lado...la libertad!!



Uno de los pocos hoteles españoles (en realidad uno de los pocos hoteles) de Berlín oriental ofrece esta vista. Lo más importante es que está a cien metros del museo egipco y del Altar de Pérgamo. Alucinante.


En uno de los bares que se ven, tienen un ambiente político...auténtico. Cuando te traen la cerveza la acompañan con una tarjetita con fotos de Willy Brandt u otros políticos alemanes y una pequeña cita.


Estremece pensar que por esas aguas, miles de alemanes quisieron cruzar hacia el mundo libre de los berlineses. Estremece (y entristece) comprobar que hay nostálgicos del Travant (el atentado ecológico por excelencia)...y es que el ser humano es un misterio. Hay una película (Good bye Lenin) que recoge muy bien este espíritu. Hay otra (Das Leben des Anderen) que recoge muy bien aquella tragedia.


La verdad es que he esperado muchos días para hablar del premio Nobel de la Paz. Y creo que hay que repetir con Lenon: Give Peace a Chance.


Claro que ahora vienen los matices. Necesitamos a China para hablar con Corea, ergo, no hablamos en público con el Dalai Lama.


Necesitamos hablar con Irán para que no vuelvan a jooooooorobarnos...(Beirut, años 80), ergo, platicamos con Rusia...y le damos unas palmaditas.


Mr Obama está empezando a cruzar el alambre de funambulista, y no debemos ser nosotros los que soplemos para que se caiga.


Tampoco vamos a apuntarnos a la movida de los viajes a Israel, el último grito de nuestros queridos políticos nacionales...y autonómicos (es decir, más nacionales que los nacionales). En vez de tanto viaje, dejen a la Fundación Wiesental cazar a los malos y no hagan ahora tanto la pelota.


Bueno, y como estoy empezando a enfadarme (a pesar de que parece que van a meter a mucha gente en la cárcel, al final asistiremos al estreno de Nacional IV...) voy a terminar con aquella frase de Schiller-Leonard Berstein, que cambió la palabra Alegría, por Libertad cuando dirigió la Novena en Berlín. Y mucha suerte a Mr Obama, porque la va a necesitar...quizá es que nunca ha intentado eliminar un avispero (yo de pequeño lo hacía, pero claro, sólo eran avispas).