martes, 14 de julio de 2009

Llamando a las puertas del cielo



El dolor es el megáfono con el que Dios se dirige a un mundo de sordos. Esta frase la oí en una maravillosa película -Tierras de penumbra-, adaptación de un libro al que Rogelio dedicó una preciosa entrada: Una pena de observación. Os traigo esta foto porque quizás debiéramos parar un poco más y contemplar atardeceres.



Ciertamente, y con permiso de otros muchos sucesos dolorosos que hemos visto esta semana, la muerte del pequeño Rayán (que significa, una de las Puertas del Paraíso) es uno de esos momentos en que Dios se dirige a nosotros, si hacemos caso a la frase con que abro esta entrada. Conforme iba escuchando la noticia me iba quedando cada vez más estupefacto. Yo, en concreto, he seguido con interés la enfermedad de su madre porque he tenido alumnas de Marruecos (rifeñas o de otras zonas del país), de Argelia con las que he compartido momentos que harían la envidia de cualquier profesor en los tiempos que corren, y, realmente, la madre de este niño tenía esa mirada limpia que muchas y muchos de mis alumnos me dirigían mientras daba clase.



Pero esta muerte es especialmente trágica por todas las circunstancias que la han precedido, y no me refiero sólo a la muerte de su madre. Me refiero a que en los días posteriores, todos poníamos atención cuando las noticias decían que el pequeño estaba grave y en una incubadora, pero estable. Luego vimos que no era portador del virus de la gripe A. Y hoy, esto!



Uno se acuerda de todos los niños que mueren a lo largo de una semana en el mundo, y cae en la cuenta de lo cruel que puede llegar a ser esta vida. De lo cruel que, en realidad, es. Cruel y maravillosa al mismo tiempo.

Yo, aprendiz de historiador, recuerdo muchos textos medievales que nos advierten de la fugacidad de la vida. De lo débil que es la frontera entre el éxito y poner un pie en la barca de Caronte.



No sé si el cielo que realmente existe es el judío, el cristiano o el musulmán, lo que sí sé es que Rayán está allí con su madre. Y eso es así porque todos y cada uno de nosotros así lo sentimos en nuestros corazones, a los que, una vez más, ha llamado el dolor. Un dolor que hace que se detenga el tiempo y contemplemos la vida y la muerte. Permítaseme unirme al dolor de toda su familia. Permítaseme hacer de esta noche un Viernes Santo en Jerusalem. Permítaseme buscar la kipá que conservo de las cenas judías y rezar un kadish en tu honor. Permítaseme decirte, Rayán que Alá y su profeta Mahoma, -las bendiciones sean con él-, están contigo. Permítaseme decir que estás en el cielo y que al final de los tiempos, el Cristo de la Luz y la Resurrección nos traerá la vida eterna. Y permítaseme barrer toda superstición y pedirle al Dios de los ateos, al de los agnósticos y al de todos los creyentes una misa de Requiem por tu alma. Como decimos en Murcia, que Dios te bendiga, zagalico.

9 comentarios:

Fidelio en el bosque animado dijo...

A modo de addenda, traigo este enlace http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/07/13/medicina/1247511602.html

En él se nos relata cómo un enfermero tuvo que pasar de pacientes con más de 80 kilos a neonatos.

Bueno, les diré que los médicos de atención primaria tienen que hacer esto todos los días en cuestión de cinco minutos. Si pides reducción horaria, la administración no te pone ningún problema, eso sí, ves los mismos pacientes, o lo que es lo mismo, a paciente cada tres minutos.

Hace unos días, no sé qué político dijo que lo primero son los pacientes. Eso queda fantáaaastico. Pero su usted quiere cuidar sus pacientes, cuide a los profesionales que los tratan. Por otro lado, los argumentos que aparecen en la noticia que adjunto, no son de recibo. No voy ahora a enrrollarme con las experiencias de mi familia materna como médicos rurales, pero, os podéis hacer una idea.

Alawen dijo...

Es muy difícil entrar a tratar estos temas, porque, por desgracia, cuando un profesional de la medicina comete un error es posible que sea una vida humana la que pague las consecuencias.
Como dice el refrán, 'hasta el mejor escribano echa un borrón', y algunos borrones no se solucionan con tippex. Como bien dices, posiblemente no ocurrirían estas cosas si la Sanidad pública no estuviera sobresaturada. Pero también es verdad que debería investigarse lo que ha ocurrido hasta sus últimas consecuencias.
Yo tampoco veo de recibo los argumentos que se recogen en la noticia que enlazas.
Uno mi oración a la tuya, por ese pequeñín y por su madre.
Un saludo

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Buenas tardes Fidelio.

Es una entrada emotiva sobre un suceso que todavía nos tiene conmocionados.

Ayer escuchaba la explicación institucional de Juan José Güemes (Consejero de Sanidad de la CAM)en Telemadrid. No se olvidaba Güemes de la responsabilidad de la enfermera que supuestamente habia provocado este fatal accidente,pero tampoco se olvidaba de su explicable dolor. La verdad es que debe estar pasando por unos momentos terribles; no quisiera estar en su lugar.

Por lo demás, la cita de Tierras de Penumbra (obra magistral donde las haya) me parece muy adecuada.

Un abrazo.

Fidelio en el bosque animado dijo...

Buenas tardes Alawen. Efectivamente, es muy difícil tratar estos temas, y, como muy bien apunta Rogelio, la enfermera que, supuestamente cometió el letal fallo, debe de estar pasando muy mal. Por eso, en mi entrada, preferí centrarme en el dolor y en la muerte, compañeros inseparables de la vida. Pero esta mañana, al consultar los titulares empecé a leer estas cosas y por eso lo adjunté. Gracias por tu acertado comentario. UN abrazo!

Fidelio en el bosque animado dijo...

Buenas tardes, querido Rogelio! Bueno, cuando oí la frase la hice mía, porque, de una manera o de otra, necesitamos una explicación para estas cosas.

Espero que las instituciones no se tiren los trastos a la cabeza y que se haga todo de la manera más pulcra posible. Desde que esta mañana he empezado a leer titulares, he procurado, y voy a seguir haciéndolo, distanciarme del circo mediático que se está montando (programas vespertinos, etc, etc) y ceñirme sólo a un par de telediarios (ni siquiera periódicos). Espero, como digo, que la investigación se lleve a cabo de la manera más pulcra posible y, sobre todo, que estos casos no se repitan. Tampoco me parece de recibo lo que Pedro J. decía hoy en Veo TV: faltan médicos y falta amor por el trabajo. Si una persona se pasa nueve años de su vida estudiando para hacer siete y ocho guardias al mes o para que le pongan treinta pacientes en tres horas ¿dónde está la motivación? ¿dónde está la vocación? Hace mucho tiempo que en esta sociedad estamos acabando con la vocación profesional, pero bueno, eso es harina de otro costal. Yo me quedo con las oraciones. UN abrazo!!

El rincón de Chiriveque dijo...

Vergonzoso lo que ha sucedido en el Gregorio Marañón. Pienso en ese hombre que ha perdido lo que más quería de un plumazo (o de dos muy seguidos) y uno se da cuenta de lo cruel que puede llegar a ser la vida con nosotros si se lo propone...

Poco más puedo añadir a lo dicho, salvo que la Comunidad de Madrid tome cartas y duras en el asunto.

Un abrazo.

Fidelio en el bosque animado dijo...

EFectivamente, Chiriveque, pero esa es la vida. Es terrible pensarlo, pero es así. Luego está el tema de los errores humanos, que es harina de otro costal. También he de decir que no es ninguna barbaridad, como dice el amigo Rogelio, pensar, por de pronto, en la enfermera que supuestamente ha cometido el error, pues esa persona tiene su vida rota. Es un tema muy duro. Insisto, por ello, en que mi entrada se ha centrado en una pequeña reflexión sobre el dolor que ha causado esta muerte y que, desde luego, no nos ha dejado indiferentes. Un abrazo!

Bárbara Paraula dijo...

Hola Fidelio, lo cierto es que todos nos hemos quedado conmovidos con el suceso, probre hombre, y ahora esto. Ha sido muy triste.

Cuando abro el periódico local veo todo tipo de interpretaciones, hasta los que usan el suceso para atacar la gestión privada de los centros públicos.

No sé, supongo que es condicion humana buscar culpables ante las tragedias, es la necesidad de hacer justicia. Yo como también vengo de familia de médicos, entendiendo la responsabildiad de éstos y de la enfermera, y asumiendo que debe indemnizar y disculparse y avergonzarse, no quiero hacer más leña. Yo cometo fallos en el trabajo todos los días, pero por suerte en mi empleo las repercusiones no son tan graves.

Tampoco creo que el Dios amoroso al que conocemos quisiera vernos a ninguno de nosotros sufrir así sin motivo, me niego a creer que utilice el dolor para nada. Así que puestos a atribuir utilidades religiosa, se lo atribuiremos al Diablo. Porque es diabólico cebarse dos veces en tan poquito tiempo con el mismo hombre.

Descanse en Paz nuestro niño y que nosotros sepamos darle consuelo al que queda vivo: el padre

Fidelio en el bosque animado dijo...

Querida y estimada doña Bárbara. Empezando por el final. No es que me parezca útil o inútil el dolor, me parece que, como la muerte, forma parte de la vida. Hoy se nos vende otra cosa, pero no voy a entrar en una disquisición que es propia de una entrada...que llegará. En cuanto a la explicación, religiosa o no, idem de lo mismo. LO que he intentado, sobre todo, es no centrarme en los temas que empiezan a surgir. Más allá de depurar responsabilidades y aplicar la ley, ni más ni menos, empiezan los sectores de "gatillo fácil" a sacar cuestiones que poco tienen que ver con este horrible suceso: error humano, tragedia y, posiblemente, negligencia no sabemos hasta qué nivel, ya se verá. Yo, insisto, hablé del dolor de esta tragedia, de la muerte de este niño, y de las de muchos otros que pasarían desapercibidas si la prensa no nos plantara la foto en la portada. Un abrazo!