No es por parecer agorero ni carcamal, pero eso de que el cutrerío televisivo (y que conste que no me refiero a una cadena, sino a una línea de programas, abundantes en todas las cadenas de televisión) nos espete un programa que lleva por título "Generación ni-ni", huele muy mal.
Ya no hay generación maldita o generación X, ahora se da carta de naturaleza televisiva (acabamos de crear otro pseudopersonaje) a la persona que "ni estudia, ni trabaja". La única diferencia con los ni-nis de la historia es que, probablemente, disfruta de un móvil de última generación y de algún tipo de video consola, subvencionada por la estupidez paterna.
Qué lejos han quedado aquellos días en que salíamos a la calle con el bocadillo a jugar con los amigos. Aquellos días de la colección de cromos Vida e Historia, o los de los equipos de fútbol (incluyendo los escudos). Luego venía la adolescencia y luego...lo que fuera. Afortunadamente no nos sentíamos integrantes de ninguna generación, ni teníamos referencias televisivas que o fueran Tocata, La bola de cristal o V. No nos enganchábamos a ningún reáliti ni nada que se le pareciera (entre otras cosas porque no había). De vez en cuando te encontrabas con algún compañero que habías perdido de vista porque había dejado los estudios o se había puesto a trabajar con su padre o en el bar de la esquina...y ahí seguía. Otras veces lo veías con cara de preocupación, jodido, vamos. Estaba en el paro, pero no había perdido el brillo. Estaba buscando trabajo. Aparecieron las ETT, los anarquistas (probablemente subvencionados) las llenaban de pintadas. Aquel amigo que te habías cruzado, había conseguido un sueldo de mala muerte como repartidor de lo que fuera. Pero seguía buscando. Nunca lo viste sentado en el banco de un parque, con tres o cuatro más. Nuestra generación llamaba de otra manera a estos personajes. Había muy pocos ni-ni en los bancos de las calles. O estaban en la cola del paro o seguían buscando.
Por deformación profesional, para mí, muchos "generación ni-ni" son el output de nuestro maravilloso sistema educativo que regala los libros, adapta los contenidos a todo tren, no sanciona retrasos continuados, absentismo arbitrario (y también continuado), complicidad de los familiares a una indigencia intelectual así como a una ausencia de razonamiento, proyecto y/o iniciativa. Eso es lo que tenemos ahora. Adolescentes que se instalan en el pupitre con sus mp4, sus móviles última generación, y nadie que les diga: o estudias, o trabajas...bueno sí, algún pringadillo que se dedica a la enseñanza y que cree (iluso) que puede dar un buen cosejo ¿desde cuándo puede aconsejarse a una ameba? Y como premio, meten a estos pobres desgraciados en un programa de televisión y les animan a pasear su indigencia como proyecto de ser humano por la franja televisiva.
No he visto ni un segundo del programa "Generación ni-ni". No me hizo gracia cuando lo vi anunciado en el periódico. Siento mucha tristeza. Llego a mi casa abatido e impotente porque cada vez hay más estúpido armado de una sinrazón a cuyo uso y abudo, le autorizan políticos, papás y otros actores de esta farsa que es la educación. Y para colmo, la UNESCO, la OCDE y otro tipo de insituciones que no han pisado un aula en su vida, nos dan consejos de cómo mejorar la calidad de la enseñanza ¿la qué de qué?
Menos mal que nos quedan aquellos álbumes de cromos que cualquiera con algo más de una peseta podía ir juntanto. Aquí tenéis uno de los que salían en Grecia (bueno no es el mismo), un vaso griego. Por cierto, si alguno juntó el album ¡qué buenas que estaban las íberas!
13 comentarios:
D. Fidelio, ¿desde cuándo al lúcido se le llama carcamal?
Y quién se atreve a hacerlo, ¿el ministro de Educación? ¿O los fabricantes de los Ni-Ni?
Además, ¡usted sí que sabe halagar a los amigos!
Le debo unos roncitos, querido. Se los merece, querido. Mil gracias.
Muchas gracias, don Alfredo! ACepto encantado. En cuanto a lo de los halagos. Nada extraordinario pues la palabra escrita ahí queda, maestro! UN fuerte abrazo!
Panorama sombrío el que dibujas. Desolador... manriqueño (parece que cualquiera tiempo pasado fue mejor) y me temo que estás en lo cierto. Mi novia, que también trabaja en educación, me cuenta cosas más que alarmantes. Tal vez lo peor es el peso cada vez más pequeño que se le otorga a los profesores, al hablar de sistemas educativos, en favor de psicólogos que no han pisado un aula en su vida... Es lo que tenéis en común, los profesores, con los seleccionadores de fútbol: que todo el mundo opina sobre vuestro trabajo (todo el mundo sabe cómo confeccionar la lista de seleccionados, of course...¡qué coño va a saber el Del Bosque ése!)
Magnífica entrada, amigo mío.
D. Fidelio, le dejo mi quejío... creo que usted me va a comprender.
Sinvergüenzas. Los profetas de la política...
Gobierno de España, la perfecta obscenidad políticamente correcta
Amigo, ¿se puede esperar algo de un país que malgasta dinero público en tiempos de crisis en promocionar lenguas como el aranés?... Pues eso, una indigencia moral e intelectual por doquier, y encima para mayor gloria de la cadena del millonario comunista Roures, que es un payaso de medio pelo.
Me encanta hablar claro. Saludos, amigo.
Hola Rogelio! No tanto los tiempos pasados. Quizá, en parte, de aquellos polvos vienen estos lodos. Del bofetón por cualquier memez que se nos ocurría en la EGB al bofetón de los padres de la ESO actual (al profesor, claro).
Cuando hice BUP no fui ningún modelo de nada. Tuve mis altibajos, mi mal comportamiento, mis miles de tonterías como muchos adolescentes, pero tenía claras algunas cosas, algunos límites. Bueno, si leyeras los artículos que entonces se escribían sobre los problemas de la enseñanza de la Historia...para morirse de risa si lo comparamos con el panorama actual. Es, en efecto, sombrío, y da vértigo no saber por dónde van a ir las cosas. Me pareció bien la actitud del ministro de Educación, pero ¿llegará a algún sitio? Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo!
Querido Chiriveque, encantado de tenerte otra vez por aquí. Bueno, el despilfarro de dinero es algo que, si de verdad se hicieran cuentas, más de uno saldría corriendo de aquí (yo lo he pensado algunas veces, como dije en mi entrada anterior en clave medio humoristica). Coincidimos plenamente en la indigencia de nuestro país. Te recomiendo la entrada de García Francés de hoy. UN fuerte abrazo!
¡Hola!, antes que nada tengo que decirte que has logrado escribir un post magnífico. Un post donde has puesto los puntos sobre las íes, y donde has hablado claro. Por eso tengo poco que añadir; solamente comentar que tienes razón. Que estamos creando una sociedad plagada de jóvenes epicúreos que les hemos hecho creer que este mundo es una continua fiesta. Y donde si no quiero bailar, pues no bailo. Yo también añoro aquellos tiempos de mi infancia con el bocadillo en una mano y en la otra mi fajo de cromos de "Vida y Color" en busca de un amigo que me cambiara alguno que no tenía repe. O también añoro aquella autoridad que tenían los maestros y profesores, y ante la cual yo me sentía protegido, y también añoro la disciplina que me imponían mis padres, haciéndome trabajar cuando ya cumplí los catorce años, en verano, ayudándole en las tareas de subastar el pescado... eran otros tiempos, pero entonces no había "ni-ni". O estudiabas, o trabajabas. Recordemos aquella manida pregunta para iniciar un ligue: ¿Estudias o trabajas? Bueno, no puedo evitar ser un poco pesimista, y lo soy porque me dedico a la enseñanza y estoy viendo todos los días como están los críos y qué valores tienen. La televisión es su máximo ídolo.
Un abrazo.
Está usted jodido, D. Fidelio, escribir por dinero en este país ágrafo y de ladrones es sufrir como un perro. Salvo unos pocos, muy pocos.
Escritores de fama, de culto, de a página de Babelia por novela, viven de sus clases, sus conferencias, y de traducciones, guiones, y escribiendo cartas guarras a las novias de otros con menos DON, como usted dice.
Si quiere que le diga la verdad, el blog, es para mí lo que para el pianista hecer escalas, hacer dedos. Es grato entre novela y novela.
Me encantaría que usted fuera un agente del Mossad, D. Rogelio uno de la CIA, Dª Nazaríes una escapada de la Stassi, Dª I'am infiltrada del CNI y, yo pianista en el burdel de Gran Hermano pluriempleado en el Harry's Bar donde ustedes complotaran.
Un abrazo muy fuerte, amigo mío.
Buenas tardes Miguel! Muchas gracias!
Tú lo has dicho. Una perpetua fiesta. Ni en mis mejores años, ni siquiera cuando empecé a trabajar y, efectivamente, intentaba que la fiesta durara el mayor tiempo posible, tuve esa sensación. Efectivamente, mis profesores (la mayoría) me transmitían esa sensación de protección. Nunca vi en ellos una autoridad represiva. En fin, no sé qué giro llevarán estas cosas, pero desde luego, uno prefiere que no se cambie ni se reforme más. Ya veremos. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo!
Efectivamente, don Alfredo, efectivamente! Aunque me parece que no me expliqué bien. Lo que quería decir es que no me importaría escribir una especie de tercera parte de Código da Vinci. NO sé, El Código Garcilaso. El tesoro de los sefardíes está escondido en la fortaleza donde murió GArcilaso de la VEga. Lo mezclamos con los cátaros (que están muy cerca de donde murió el escritor, lo tenemos agüevo...) y después decimos que los descendientes pasaron a América (¡claro, por eso hay un Garcilaso el Inca!), en concreto a EEUU. De esta manera, la casa blanca estaría dominada por el lobby cataro-sefardí. ¿A que es un ripio novelesco? Bueno, voy a patentarla!!!
Por lo demás, no dejaré mi actual empleo, pues tiene usted toda la razón, querido amigo. Un fuerte abrazo!!
No deje su empleo, D. Fidelio. Mi amigo Bryce Echenique, cuando le anuncié que iba a publicar mi primera novela, llamó a todos nuestros amigos para decirles: "Alfredito, quiere morirse de hambre".
O clarividencia respecto a tan dura profesión o desconfianza en mis posibilidades.
Disculpe el retraso en responder a su comentario sobre la obscenidad del Gobierno. No se preocupe, amigo mío, recibiré con gusto sus abrazos, en otra entrada más alegre.
Prefiero verle así, tranquilo, en su curro y sin riesgos, D. Fidelio, deje eso de escribir para los domingos y festivos de guardar.
Hay una novela donde se describe muy bien el ambiente universitario de los escritores-profesores. Se llama "Donde van a morir los elefantes", de José Donoso.
Un abrazo bien grande, amigo mío.
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